En los últimos días la capital antioqueña ha presentado saturaciones en sus hospitales de hasta el 237 por ciento en su servicio de urgencias para adultos. A este problema se le suma ahora un problema de liquidez, porque, según los líderes de estos establecimientos, sería poco el tiempo en que estas entidades de salud del Estado resistan la falta de pago de varias EPS.
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Los dos centros de mediana y alta complejidad públicos de la ciudad no están exentos, pues el centro de emergencias del Hospital La María registró para el pasado 7 de agosto un 227 por ciento de sobreocupación, mientras que el Hospital General de Medellín estuvo sobre el 130 por ciento. En el caso de La María, que tiene capacidad para 22 personas, en urgencias había 50 pacientes y en el caso del General, cuenta con 47, y hasta ese día había 67 personas en ese pabellón.
Una semana después, los dos hospitales públicos de alta y mediana complejidad figuraron hasta el miércoles 14 de agosto en los primeros lugares de saturación en ese tipo de urgencias, el Hospital La María alcanzó un 223 por ciento de ocupaciones siendo el hospital más saturado en esa área de Medellín; el Hospital General de Medellín alcanzó el cuarto lugar de saturación con un 162 por ciento.
Frente a esta crisis de ocupación, que se viene presentando hace semanas, e incluso meses, varios voceros del sector salud del país y del departamento han advertido sobre otro complejo panorama: el financiero por el cual muchos hospitales se han quedado cortos en la prestación sus servicios.
Luis Hernán Sánchez, director ejecutivo de la Asociación de Empresas Sociales del Estado de Antioquia (Aesa), fue enfático en que si las EPS siguen con las deudas que tienen con los hospitales públicos “en tres meses no tendríamos cómo funcionar”.
Sánchez recalca que hay una “asfixia financiera” porque varias EPS como Coosalud, Nueva EPS, Sura, incluso Savia Salud, en lo que tiene que ver con la atención de los pacientes en los hospitales en los que se tienen contratos por evento no están realizando los giros oportunamente. “Tenemos una grave crisis de liquidez, los hospitales están soportando la atención con lo poco que le logran pagar algunas EPS y algunos aseguradores”, recalcó el directivo.
Sánchez aseguró que las deudas alcanzan valores muy altos: “Podríamos decir que a los hospitales públicos de Antioquia le deben todas las EPS 1,3 billones de pesos”.
“a los hospitales públicos de Antioquia le deben todas las EPS 1,3 billones de pesos”.
Desde la asociación recalcaron que en este momento hay una dificultad con la medida del giro directo que se aprobó por el Gobierno Nacional en el decreto 489 de abril de 2024, por medio del cual se definieron las condiciones y porcentajes de este giro, “con el fin de garantizar un óptimo flujo de recurso en el Sistema de Salud”, para que le llegue más rápido el dinero de las personas afiliadas del régimen contributivo a un hospital.
La Asociación aseguró que este giro no se ha visto reflejado de la manera que los hospitales públicos querían. En lugar de aumentar el valor del giro, realmente disminuyó. Frente a las razones que argumentan las EPS, según el directivo, es que la Unidad de pago por Capitación (UPC) que reciben las EPS no les alcanza y que el gasto está superior a lo que ellos reciben.
“Lo que argumentan es que por cada 100 pesos que recibe la EPS para servicios de salud se gastan 113”, detalló Sánchez, además dice que, relegaron a los hospitales públicos, porque estamos viendo en el Giro directo volviendo al tema directo.
Una de las razones que explican esta falta de pago, según el directivo, es que en la plataforma del Adres —la entidad que administra las diferentes fuentes de financiación del sistema de salud colombiano—, por medio de la página ‘Lupa al giro’ sí se ve que está fluyendo el dinero más que todo para los hospitales, clínicas, centros de diagnóstico y gestión de farmacéuticos pero que son propiedad de las EPS.
“Un ejemplo es que Sanitas le está pagando primero a su clínica, a su proveedor de medicamentos y a sus servicios de diagnósticos propios. Lo mismo hace la Nueva EPS, está pagando a su proveedor de medicamentos, es decir, a las clínicas de Cafam, Compensar y el resto, lo que sobra, a los hospitales públicos”, detalló el director.
En 2023, en promedio, a los hospitales públicos les llegaba por el pago del régimen contributivo un promedio entre un 55 y un 60 por ciento de lo que facturaban, o sea, un hospital facturaba 100 pesos y le llegaban 55 o 60 pesos. Este año que empezó el giro directo y que se pensaba que iba a ser mejor para los hospitales e IPS, les está llegando el 40 o 35 por ciento, es decir, les está llegando menos plata que antes del giro directo.
“les está llegando el 40 o 35 por ciento, es decir, les está llegando menos plata que antes del giro directo”.
Los ejemplos más graves de hospitales públicos en los que se ha visto una crisis financiera en el departamento son los casos de los centros más pequeños como el hospital de Carolina del Príncipe, en la subregión Norte, porque además de ser muy pequeño, según el director, le hizo un cobro coactivo a la Nueva EPS donde le exigieron 3.000 millones de pesos y la EPS le está exigiendo que se los devuelva y por eso es que hace un año no recibe dinero de la Nueva EPS.
Y aunque el panorama será complejo para los próximos meses, en medio de los nuevos intentos de radicar una reforma de la salud en el congreso, el director cree que una de las decisiones más inmediatas que se debe tener en cuenta es una reforma del sistema de salud actual en la que una de las prioridades sea el giro directo, “es supremamente necesaria. Si las EPS siguen decidiendo a quién y cuánto le pagan, esto será igual”, expreso el presidente de la Asociación.