Neymar nació con una condición genética que le supondría un estilo de vida complejo y una expectativa de longevidad disminuida. Esta condición, llamada gastrosquisis, hizo que el niño de siete años naciera con sus intestinos fuera de su abdomen.
Esta condición representaba que el menor viviera toda su vida con limitantes en su día a día que no le permitirían sacar el máximo provecho ni explotar sus capacidades más allá de su potencial.
Gastrosquisis
En ese sentido, profesionales de salud del Hospital San Vicente Fundación de Medellín se embarcaron en el reto de realizar una cirugía sin precedentes en el país con la que pudieran ayudar a que Neymar tuviera una vida normal.
Gastrosquisis. Imagen de referencia. Foto:Archivo particular
El procedimiento en cuestión suponía una reconstrucción completa de la zona abdominal para integrar los órganos prominentes del niño en la cavidad del abdomen.
Al respecto de la gastrosquisis, según la Organización Mundial de la Salud, cada año fallecen alrededor de 240.000 recién nacidos en todo el mundo durante sus primeros 28 días de vida debido a anomalías congénitas, como lo es la malformación que afectó a Neymar, la cual fundamentalmente produjo defectos en la pared abdominal que permitieron que los intestinos del niño se formaran, en parte, al exterior de su cuerpo.
Este tipo de trastornos son responsables de la muerte de aproximadamente 170.000 niños entre el primer mes y los cinco años de edad.
En algunos casos, cuando no se realiza una corrección temprana, pueden presentarse complicaciones que afectan la calidad de vida del paciente, como ocurrió con Neymar. Para el caso de su malformación particular, los factores de riesgo de esta condición no se conocen con certeza, pero se ha relacionado con la exposición materna a ciertos agentes ambientales y genéticos.
En ese sentido, el diagnóstico de la condición congénita que acompañó al infante desde el vientre de su madre hasta hace pocos días fue detectada a través de ecografías prenatales.
Procedimiento pionero en Colombia
Al respecto de este complejo procedimiento, el doctor David Alejandro Mejía Toro, cirujano del San Vicente Fundación que lideró la intervención, explicó, de cara a la opinión pública, los pormenores de este proceso.
“El caso de Neymar representó un reto sin precedentes, siendo la primera cirugía reconstructiva de este tipo en un paciente pediátrico en Colombia. La intervención, que duró más de ocho horas, requirió la colaboración de un equipo multidisciplinario de cirujanos de pared abdominal, cirujanos pediátricos, cirujanos plásticos, intensivistas, fisiatras, nutricionistas, psicólogos y psiquiatras, y la aplicación de técnicas innovadoras como la toxina botulínica en dosis reducidas y una malla absorbible para evitar alteraciones en el crecimiento del niño”, inició explicando el doctor Mejía.
Imágenes del procedimiento al que fue sometido Neymar. Foto:San Vicente Fundación.
Luego, el cirujano agregó: “Uno de los mayores retos fue preparar a Neymar física y emocionalmente para la cirugía. Durante 15 días previos, su abdomen fue expandido mediante neumoperitoneo preoperatorio, una técnica que permite generar espacio suficiente para reintroducir los órganos en la cavidad abdominal. Este proceso, además de su importancia médica, representó una etapa clave en su adaptación emocional, dándole la confianza y preparación necesarias para afrontar el procedimiento con valentía y optimismo”.
‘Es un procedimiento revolucionario’
En entrevista con EL TIEMPO, el cirujano David Alejandro Mejía Toro ahondó en los detalles de este procedimiento que rompió un paradigma a nivel nacional porque nunca se había realizado en niños.
Mejía comenzó explicando que él y su equipo son cirujanos de adultos: “Eso es un procedimiento que realizamos de rutina en reconstrucción abdominal de adultos. Tuvimos que apoyarnos en conocimientos de pediatría para adaptar las dosis y procesos de la intervención que se realiza en adultos para ajustarse adecuadamente a las condiciones del niño”.
David Alejandro Mejía también señaló que las diferencias entre ambos procesos (niños y adultos) son considerables, no a nivel muscular o anatómico, sino a nivel procedimental y de proporciones.
“El tamaño es muy diferente y la tolerancia al sangrado también. Un adulto me puede aguantar un sangrado muy alto, mientras que un niño no. Lo mismo en la expansión de la cavidad abdominal; un adulto me tolera volúmenes de 13 litros o 14 litros de neumoperitoneo, mientras que un niño no me tolera más de 3 litros. Es una experiencia muy diferente”, reveló el cirujano.
En cuanto al postoperatorio, el galeno explicó que Neymar debió pasar por la Unidad de Cuidados Intensivos por el riesgo que tienen los pacientes de reconstrucción de pared abdominal de sufrir una falla respiratoria.
David Alejandro Mejía Toro, cirujano de pared abdominal que lideró el procedimiento de Neymar. Foto:San Vicente Fundación.
“Yo los vuelvo restrictivos, ellos estaban libres en el abdomen, es como si le pusiera un corsé muy apretado, entonces el riesgo de que se produzca falla respiratoria es muy alto, se requería vigilancia constante”, explicó Mejía.
El cirujano agregó: “A nivel fisiológico, los músculos abdominales tienen muchísima importancia en varios factores de la vida: defecación, tos, bipedestación; la pared abdominal es la que da el balance para que una persona pueda estar erguida. Este tipo de hernia no permite que el paciente se mantenga recto y le genera lesiones a nivel de la columna como compensación de balance”.
Cambio drástico en la calidad de vida
Posterior a la operación, según los relatos de la madre del niño, Sandra Santamaría, su hijo experimentó un cambio drástico en su calidad de vida.
Santamaría explicó que previó a la cirugía, las cicatrices y las secuelas de la condición de Neymar lo hacían sentirse diferente, afectando su autoestima y su relación con otros niños, quienes en ocasiones lo excluían. Además, aseguró que las limitaciones físicas le impedían participar en muchas actividades propias de su edad. Sin embargo, tras la intervención, no solo recuperó funcionalidad, sino que también ganó confianza en sí mismo.
“A pesar de lo difícil que puede ser para una madre ver a su hijo en esta condición, sobre todo por el impacto físico y emocional que representa, hoy es un niño feliz y activo. Gracias a Dios y a los médicos del Hospital San Vicente Fundación Medellín mi hijo es un ejemplo de valentía y superación”, señaló la mamá de Neymar.
Neymar y su madre, Sandra Santamaría. Foto:San Vicente Fundación.
Ahora, el menor puede integrarse plenamente a su entorno, disfrutar del juego y llevar una vida activa, con una calidad de vida mejorada tanto física como emocionalmente.
NICOLÁS TAMAYO ESCALANTE
Periodista de Nación, en Medellín.
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