El pasado sábado 8 de febrero se anunció la captura de los presuntos responsables del homicidio de Mateo Jaramillo Naranjo, de 23 años, un profesor de inglés del colegio de la Universidad Pontificia Bolivariana y que además era líder de la comunidad LGTBIQ+.
Mateo fue asesinado un mes antes en su apartamento, luego de que dos hombres ingresaran al inmueble, lo amarraran de pies y manos con luces de Navidad y posteriormente lo asfixiaran.
Las primeras versiones indican que Mateo se había citado con los hombres a través de una aplicación de citas, y que, de hecho, no era la primera vez que los hombres ingresaban a la residencia.
Mateo Jaramillo Naranjo Foto:Redes sociales
Por el crimen, un fiscal de la Unidad Especial de Investigación (UEI) imputó a Daniel González Cano y Yoimar Blandón Córdoba los delitos de homicidio y hurto calificado, ambas conductas agravadas, sin embargo, no aceptaron los cargos.
El caso de Mateo fue el tercero de seis casos de homicidios contra personas de la población LGBTIQ+ que se ha registrado en la ciudad de Medellín en lo corrido de 2025, esta cifra posiciona a la capital de Antioquia como la ciudad en la que más crímenes violentos contra personas de la comunidad ha registrado en lo que va del año.
En contexto, esa estadística se desagrega de los 18 casos de muertes violentas contra personas de la población LGTBIQ+ que se han registrado en Colombia en 2025, una cifra que ha encendido las alarmas por la fenomenología que rodea los casos.
Además, particularmente, el modus operandi que aplicaron los responsables del crimen de Mateo, pues recordó una seguidilla de homicidios contra hombres gays en Medellín en 2022, que dejó como víctimas a 10 personas.
Factores estructurales de fondo
Al respecto, Wilson Castañeda, director de Caribe Afirmativo, una de las organizaciones de la sociedad civil más importantes y longevas en la movilización por el reconocimiento de la diversidad sexual, identidades y expresiones de género, habló con EL TIEMPO sobre la fenomenología que se esconde detrás de este tipo de episodios que no son nuevos en Medellín.
Castañeda comenzó ofreciendo información sobre las bases técnicas para comprender la violencia sistemática contra la comunidad LGBTIQ+ en Medellín.
“Hay varios factores que hay que tener en cuenta para leer las cifras de violencias contra personas de la comunidad LGBTIQ+ en Medellín, el primero tiene que ver con que en Colombia han sido las organizaciones sociales las que históricamente han documentado este tipo de violencia. Sobre todo desde 2022 hasta hoy vienen haciéndolo la Fiscalía y la Defensoría, lo que hace que en las ciudades donde hay más trabajo organizativo LGBTIQ+ se pueda develar más violencia”, reveló el director de Caribe Informativo.
En ese sentido, Castañeda explicó que el papel de las organizaciones de la sociedad civil vinculadas con la comunidad ha sido crucial para poder llevar registro y estadística de las violencias, así como para comprender los pormenores que hay detrás de las mismas.
Wilson Castañeda, director de Caribe Afirmativo. Foto:EL TIEMPO.
“Las organizaciones sociales damos cuenta de una violencia que en ciudades como Medellín aparece siempre en los primeros lugares en términos de estas violencias, no por eso decimos que sea la ciudad más violenta, pues se entiende que estas cifras son posibles porque en la ciudad hay más trabajo organizativo del movimiento y eso permite poner mayores denuncias; hay lugares del país donde se reportan cero casos, pero que probablemente la realidad sea que no se documenten”, aclaró Castañeda.
El director de Caribe Afirmativo también señaló que Medellín es considerada como el epicentro del activismo LGBTIQ+ en el país, incluso antes que Bogotá, y que el liderazgo que se realiza en la ciudad en este ámbito ha hecho que se pueda dar cuenta de la ausencia de derechos de las personas que pertenecen a la comunidad y de las prácticas violentas en su contra.
Al respecto, Castañeda se refirió puntualmente al avance que se ha realizado en materia de la comprensión de los móviles de violencia recurrentes en el país, a través de los casos que se han presentado en Medellín: “En 2019 se empezaron a identificar móviles muy claros de violencia contra personas de la comunidad; asesinato y tentativa de homicidio contra hombres gays en lugares de divertimento, bares, discotecas o aplicativos como Grindr -un aplicativo de citas para hombres gay- un fenómeno que se analiza a nivel de país y también de Latinoamérica, pero que la dirección de la Fiscalía lo logro dictaminar en Colombia”.
En esa misma línea, el director de Caribe Afirmativo añadió que: “Hay varios elementos estructurales que son factores de vulnerabilidad para las personas de la comunidad; en la comuna 10 particularmente aparece una relación entre grupos ilegales y personas LGBTIQ+, que luego se estableció que no había militancia, sino que los grupos los instrumentalizan para tráfico de estupefacientes, guardar armas, intermedio en control territorial, entre otros”.
Wilson Castañeda explicó que la comuna 10 (La Candelaria) es el lugar de la ciudad donde se cometen más homicidios, feminicidios y tentativas de homicidio contra personas de la comunidad LGBTIQ+, y señaló que esta estadística se corresponde con que el centro de Medellín se convirtió en el lugar más habitado por personas de la comunidad en la ciudad ante la informalidad y la vida impersonal que en este sector es habitual.
En cuanto a los crímenes contra miembros de la comunidad LGBTIQ+ que se cometen en Medellín y, en general, en Colombia, Castañeda señaló que ha habido una respuesta tardía por parte del Estado.
“El primer ente en documentar los casos específicos de crímenes contra personas de la comunidad fue Medicina Legal en el año 2014, y hace dos años la Fiscalía inició; hicieron de Medellín su epicentro de análisis, para el Estado es el territorio objeto de estudio para analizar la violencia LGBTIQ+ en Colombia y para aplicar lo aprendido en otros territorios a nivel nacional”, explicó Castañeda.
Según los estudios realizados por Caribe Afirmativo, a partir de los casos documentados a lo largo de los años, han podido determinar que hay una problemática de fondo detrás de los crímenes contra personas de la comunidad en la ciudad, y particularmente contra hombres gays y mujeres trans: el desprecio contra sus prácticas sexuales. Castañeda explica que los agresores las consideran ilegales e inmorales, lo que ha hecho que estos mismos traten de aprovecharse de los espacios de encuentros sexuales para debilitar a sus víctimas.
Marcha del orgullo LGBTIQ+ en Medellín. Foto:Jaiver Nieto Álvarez
Para verificar lo mencionado, Castañeda se remitió a un estudio realizado por la Fiscalía seccional Medellín en el año 2012. En este se halló que en la ciudad aparecían muchos hombres gays asesinados en sectores cercanos a puentes, a la Plaza Minorista, al centro comercial San Diego, y a bares y discotecas LGBTIQ+. En el estudio, se comparaba el caso de Medellín con Bogotá y con varias ciudades del Eje Cafetero y se daba cuenta de cómo los victimarios llegaban a estos lugares, frecuentados por las víctimas para buscar encuentros fortuitos, y se aprovechaban de dicha disposición para reducir la voluntad de sus objetivos: “Se hacían pasar por enamorados de la víctima, eso hacía que bajaran la guardia, la víctima cedía, se iban a otro lugar, ya fuera un apartamento o motel y los robaban o asesinaban”, aseguró Castañeda.
Aplicaciones y asesinatos
Como se mencionó inicialmente, en la ciudad se han presentado seguidillas de asesinatos contra hombres homosexuales, cuyo factor común resultó ser que fueron contactados a través de aplicaciones de citas por sus agresores.
En ese sentido, Castañeda se remitió a los casos para explicar qué hay detrás de esta modalidad que se aprovecha de la vulneración a la intimidad de las víctimas que acuden a este tipo de aplicativos para acordar encuentros fortuitos.
“Para el 2023, en mayo, logramos identificar en el área metropolitana 11 homicidios de hombres gays y una mujer trans, y de estos, nueve fueron relacionados con Grindr, la investigación que hace la fiscalía es que accedieron a la víctima a través de la aplicación, como con Mateo”, explicó Castañeda en referencia al caso de Mateo Jaramillo.
Castañeda continuó: “Hoy por hoy las plataformas son un escenario de encuentro, pero para las personas homosexuales se está volviendo un escenario de altísima vulnerabilidad, se aprovechan de la intención de encuentro de las víctimas y cometen sus crímenes”.
Grindr es un aplicativo de citas para hombres gay. Foto:Grindr
Wilson Castañeda ahondó en la modalidad y en los pormenores de este fenómeno.
“Es una práctica histórica y sistemática, pasa ahora con aplicaciones y pasaba con los lugares de encuentro hace años. Hay una hipótesis probada y es que los espacios de encuentro de personas LGBTIQ+ son espacios permeados para cometer violencia, lo saben las autoridades porque hay un modus operandi que se repite una y otra vez, que puede llevar 30 o 40 años de presentarse en Colombia y que solo se mudó de lo presencial a lo digital”, señaló el director de Caribe Afirmativo.
Wilson Castañeda también reveló: “El modus operandi siempre es el mismo: siempre son encuentros, siempre hay prácticas sexuales reales o aparentes; termina siendo una escena que desdibuja el crimen porque se empieza a teorizar que tuvieron sexo, que eran amantes, que fue un crimen pasional, que hubo falta de pagos. Todo está desestimado por la Corte Constitucional que ha dicho que no existen los crímenes pasionales, sino que se trata de un modus operandi para reducir el impacto del crimen que están cometiendo; la presencia de fluidos, preservativos, sangre, secuelas de prácticas sexuales, modifican la escena, pues pareciera que la moralidad con la que se mira la sexualidad aminorara la gravedad del crimen”.
Wilson Castañeda aseguró que, durante la administración pasada, en el marco de la seguidilla de asesinatos contra hombres homosexuales en la ciudad, el exalcalde Daniel Quintero habría propuesto prohibir el uso de estos aplicativos como Grindr, sin embargo, las organizaciones de la sociedad civil le insistieron en que no podían ser prohibidas porque esto limitaría la autonomía de las personas, y aseguró que la alternativa que propusieron fue buscar mecanismos de autoprotección para el uso, e incluso aliarse con los desarrolladores digitales para blindar las aplicaciones.
Abordaje penal de los crímenes
En cuanto al abordaje penal de los casos de violencia homicida contra personas de la Población LGBTIQ+ Wilson Castañeda señaló: “Nos preocupan mucho los juicios porque en Colombia no existe tipo penal para crímenes contra personas LGBTIQ+, sí hay agravante penal por discriminación, pero en Estados Unidos, por ejemplo, sí existe el tipo penal del crimen de odio, sin embargo, aquí usamos una categoría de sociología jurídica que la usa la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la viene usando la Fiscalía; esta categoría hace referencia la animadversión con respecto a la víctima y que explica que esa perspectiva hace sentir que al victimario que la víctima vale menos y que la puede aniquilar”.
Según Castañeda, la manera en la que se abordan estos casos en Colombia no permite hacer una lectura completa de por qué a los victimarios se les ocurre asesinar a una persona de la población, y, en ese sentido, no se hace posible desarrollar herramientas de prevención.
Mateo Jaramillo fue asesinado en su apartamento en Medellín. Foto:Google maps y redes sociales
No obstante, Castañeda destacó que: “La Fiscalía obliga a todos sus investigadores a que cuando hay un caso que involucre una víctima LGBTIQ+ siempre se analice si hay relación directa entre asesinato y orientación sexual o expresión de género. Cuando usted tiene al frente un victimario en ese caso, tiene que preguntarle por qué lo hizo, solo con eso encuentra las causas estructurales de la violencia que permiten la prevención”.
Al respecto, agregó que actualmente existen dos categorías para diferenciar estos crímenes: los conceptos de prejuicio jerárquico y prejuicio excluyente para entender estos crímenes. Uno explica que los victimarios actúan para discriminar a la víctima por hacer parte de la comunidad, a través de discursos, panfletos, restricciones públicas, pero sin pasar a agresiones físicas. Por otro lado, el concepto excluyente busca aniquilar la vida y se deriva de los imaginarios de que las personas de esta población no deberían vivir porque va contra el bienestar social.
Respuesta institucional
Al respecto de los casos ocurridos en la ciudad y de la fenomenología ya identificada de crímenes contra personas de la comunidad LGBTIQ+, el gerente de Diversidades de Medellín, Edgar Yepes, le explicó a EL TIEMPO las medidas que desde la administración distrital se han implementado para la mitigación de estos hechos.
Yepes comenzó explicando que en el país hay fiscales especializados en asuntos LGBTIQ+ en cada ciudad, y, además, hay un fiscal nacional que opera desde Bogotá. Para el caso de Mateo Jaramillo se contó con la participación del fiscal de Medellín en conjunto con el nacional, en tanto fue considerado un crimen de altísima importancia.
En ese mismo caso, se convocó a la mesa de casos urgentes de la ciudad, en la que hay participación de todos los entes relacionados, y es liderada por la Secretaría de Seguridad a través de la subsecretaría de Seguridad y Derechos Humanos y la subsecretaría Operativa. Este espacio interinstitucional se activa cuando hay crímenes contra personas de la comunidad LGBTIQ+.
En ese sentido, Yepes explicó que las personas de la comunidad en la ciudad “aún sienten la vulneración por su identidad, expresión de género u orientación sexual, porque como no hay normas establecidas se siguen generando riesgos”.
Yepes explicó que su labor en este momento se centra en fortalecer el acceso a la justicia y generar canales de denuncia, como lo es el módulo diverso del 123 social, en el cual se brinda atención inmediata o derivación a la ruta requerida para este mismo propósito según el caso.
Edgar Yepes, gerente de Diversidades de Medellín. Foto:Archivo particular.
Además, Edgar Yepes explicó que la gerencia de Diversidades, en trabajo articulado con la Fiscalía, estableció otro espacio para el ya mencionado módulo diverso, donde se reciben denuncias y se ofrece acompañamiento jurídico y seguimiento a cada caso para las víctimas
Sin embargo, el Gerente reconoce que falta llegar a tener más difusión de los mecanismos y los espacios para que la comunidad acceda a ellos, y para eso “nos vamos a articular con las asociaciones de la sociedad civil para que se conozcan las rutas, las ocho rutas preestablecidas para cuando se presentan vulneraciones”.
Adicionalmente, Yepes reveló que “actualmente, se está trabajando en la conceptualización del agravante de los crímenes por prejuicio, pues es importante porque cuando los agresores ven que esto da una causal adicional de gravedad, retroceden, así que el sistema entra en juego aquí”.
El gerente agregó: “Establecer la tipología penal es una cuestión institucional compleja, venimos trabajando en transversalizar el enfoque, no solo en abordaje sino en información, para que todo funcione de manera coordinada y que coincida con las variables de la población. Son sistemas desde el orden nacional que tienen que tener esa transformación”.
Edgar Yepes también explicó que el objetivo final de este trabajo es generar entornos más protectores para las personas de la comunidad LGBTIQ+, de ese modo, se trabaja en articulación con las autoridades, las organizaciones de la sociedad civil y miembros de la comunidad para generar conciencia y mitigar riesgos identificados, como es el caso del uso de los aplicativos de citas que han sido instrumentalizados para acceder a las víctimas.
“Le apuntamos a la protección de la vida, ante todo. Hay una corresponsabilidad frente al tema del cuidado, el año pasado teníamos articulación con Caribe Afirmativo donde se generan conversaciones con los aplicativos, no se trata de satanizar ni promover, sino que las personas se responsabilicen por conciencia hacia el cuidado directamente desde su uso”, precisó Yepes.
A pesar de lo dicho por el Gerente, es preciso destacar que el caso del asesinato de Mateo Jaramillo fue la primera vez que el alcalde Federico Gutiérrez se pronunció públicamente sobre un asesinato de una persona de la comunidad LGBTIQ+.
NICOLÁS TAMAYO ESCALANTE
Periodista de Nación, en Medellín.
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