En 2024, Medellín estuvo en el centro del foco público a causa de los múltiples casos de delitos sexuales contra adultos y menores de edad que tuvieron lugar en la ciudad, y que se vienen presentando desde hace algunos años.
Algunos de los casos más relevantes fueron los que implicaron a extranjeros que viajaron al país con el propósito de hacer turismo sexual, muchos de estos casos con el agravante de tratarse de individuos que pretendían explotar sexualmente a menores de edad, habiendo negociado previamente con proxenetas locales, para abusar ellos.
Las zonas calientes
Diferentes sectores de la ciudad, especialmente en el sur y suroriente de la ciudad, algunas de las zonas más atractivas como alojamiento para visitantes nacionales y extranjeros, fueron intervenidas por las autoridades en un esfuerzo por mitigar la comisión de delitos sexuales en Medellín y su área metropolitana.
A dicha problemática se sumó el auge que sufrió la zona de comercio nocturno de El Poblado, comprendida sobre la calle 10, desde el Parque de El Poblado, subiendo por el Parque Lleras y llegando hasta Provenza, la zona más concurrida de fiesta y comercios en el sector.
Esta zona vivió un aumento descontrolado de visitantes en los últimos dos años, lo cual, a su vez, aumentó la presencia de trabajadoras sexuales, indígenas instrumentalizadas y menores en condición de explotación.
Este fenómeno ‘se ajustó’ a la demanda de servicios sexuales, particularmente por parte de foráneos, quienes aprovechan la oferta hotelera y de comercios dedicados a la fiesta y la distribución de licor en el sector.
El aumento en ambas estadísticas llevó a un desafortunado resultado: el incremento de delitos sexuales y la explotación sexual comercial de menores de edad. Estos eventos se posibilitaron, entre muchos otros factores, por la densidad de público transitando esta zona del suroriente de Medellín, lo que a su vez, facilitó que la presencia de menores en el sector pasara relativamente desapercibida.
Los casos reconocidos
Y así inició 2024, con varios casos resonantes de abuso sexual a menores por parte de turistas que terminaron siendo denunciados y capturados, en una gran porción de los episodios, gracias a la indignación de la ciudadanía y la presión ejercida sobre las autoridades para agilizar los procesos que llevaran a su judicialización.
Sin embargo, los casos se empezaron a volver frecuentes en la ciudad y la presencia de patrullaje de Policía y autoridades de infancia y adolescencia no tuvo el efecto esperado para mitigar estos episodios, por ello, la administración distrital recurrió a diferentes medidas para controlar estos delitos.
Sobre el final de su mandato, la administración de Daniel Quintero optó por hacer un cerramiento integral alrededor del Parque Lleras, controlando el ingreso a la zona con agentes de policía y seguridad privada, administrada por el gremio comercial del sector, sin embargo, diferentes sectores denunciaron que está medida era anticonstitucional, puesto que violaba la libertad de locomoción, o como se le conoce comúnmente, el libre tránsito en espacio público.
Una vez posesionado, Federico Gutiérrez levantó dicho cerramiento.
El alcalde Gutiérrez tomó otras medidas, dado que fue precisamente en su mandato que aparecieron casos escandalosos como el de Timothy Alan Livingston. A través de la Secretaría de Seguridad la ciudad reforzó sus esquemas de seguridad y su presencia en las zonas donde se presentaron casos, con el propósito de desincentivar el turismo sexual y los episodios de explotación a menores.
Además, se establecieron campañas agresivas en contra de dichos delitos desde el aeropuerto José María Córdova y en toda la ruta de ingreso a la ciudad.
El fenómeno en cifras
Según las cifras recopiladas por las autoridades de la ciudad, en 2023 cinco extranjeros fueron capturados por delitos sexuales en toda la ciudad de Medellín, mientras que en 2024 se han registraron 23 capturas por estos crímenes. Se trata de una variación de 360 por ciento entre ambos años
Por otro lado, las capturas por casos de explotación sexual comercial a niños, niñas y adolescentes (ESCNNA) también incrementaron considerablemente. En proporción y con respecto a la estadística anterior, el total de casos es inferior y, por tanto, podría considerarse menos llamativo, sin embargo, al analizar en profundidad los casos la cifra toma fuerza.
En 2023 en la ciudad solo se produjo una captura a extranjeros por casos de ESCNNA, mientras que en lo corrido de 2024 se realizaron 12 capturas, una variación del 1100 por ciento entre ambos años.
A raíz de lo anterior, es preciso analizar las cifras más allá de la estadística bruta, puesto que, esa totalidad de capturas no representa la totalidad de casos que en efecto se han presentado en la ciudad y que no han sido denunciadas o que se han desestimado procedimentalmente, incluso, las que de entrada no se han conocido.
¿Aumento de casos?
Manuel Villa Mejía, secretario de Seguridad de Medellín, le explicó a EL TIEMPO que se trata de una realidad que desde la institucionalidad se decidió hacer visible, entendiendo que se trata precisamente de un fenómeno complejo y de fondo.
“Lo primero es reconocer y resaltar que desde que llegamos a la Alcaldía se anunció una lucha frontal contra la ESCNNA a raíz de un fenómeno que no es nuevo, pero que sí quisimos visibilizar de manera transparente, a propósito de lo que ocurre alrededor del turismo; se dan otras dinámicas indeseadas, pero que se invisibilizan. Los fenómenos de trata de personas y explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes son realidades”, señaló Villa.
El secretario Villa también enfatizó que la protección de niños, niñas y adolescentes es una prioridad de la administración, y profundizó en las estrategias que se han tomado en ese respecto.
“Se empezaron a hacer varios esfuerzos importantes de cooperación y articulación, de manera que esa meta de proteger niños fuera eficiente y efectiva. Es uno de los delitos priorizados con Policía y Fiscalía, y se combate como el homicidio, el atraco, la extorsión y el tráfico de estupefacientes”, aseguró el secretario Villa.
El secretario resaltó la implementación de una de las medidas más robustas para combatir este fenómeno: la creación de grupos especializados de investigación y judicialización.
“Se creó el Grupo Especializado Contra la Explotación Sexual en Medellín (GESET), que cuenta con fiscales, policías y analistas destacados, que nos ayudan a cubrir más rango en los procesos referentes a la investigación. Hay algo particular en este fenómeno y es que son muchos los corresponsables, eso puede hacer que sea mucho más difícil, por eso, con estos grupos, cubrimos todos los ángulos posibles para responsabilizar a todos los implicados”, comentó el secretario.
En cuanto a las cifras, Villa Mejía reafirmó las estadísticas dadas a EL TIEMPO por su despacho, y además subrayó los datos generales de capturas por estos delitos, sin discriminar de extranjeros.
“Tenemos un mayor número de capturas, solo en lo relativo a delitos sexuales hay un aumento del 11 por ciento, en casos de ESCNNA el aumento es del 88 ciento. Con respecto a extranjeros, no solo destacar las cifras de capturas ya mencionadas, sino las capturas que se dieron en Estados Unidos gracias al trabajo conjunto con la Embajada y la división de investigaciónes de Seguridad Nacional (HSI)”.
Villa también explicó que el trabajo articulado con las instituciones norteamericanas ha ayudado a producir capturas importantes como reflejo de la metodología con la que se ha abordado los casos.
“Se hacen investigaciones paralelas que robustecen los casos, y gracias a la colaboración y el esfuerzo de la administración, han aumentado las capturas gracias a un ajuste de la institucionalidad. Prueba de ello es que algunas de las capturas que se han realizado son producto de investigaciones en las que se evidencia que estos depredadores son viajeros reincidentes, que en el pasado han hecho hasta 80 visitas a la ciudad”, reveló Villa Mejía.
Actualmente, las medidas en la ciudad van desde la prevención de los casos, y para ello, se han desarrollado campañas de sensibilización al turista en conjunto con Migración Colombia, las aerolíneas, y el sector privado (gremio hotelero y de transportes), además de campañas de sensibilización en colegios.
NICOLÁS TAMAYO ESCALANTE
Periodista de Nación, en Medellín.