Por su vocación turística y su crecimiento en los últimos años, Medellín se ha convertido en una ciudad foco para la realización de grandes eventos; festivales y conciertos de grandes magnitudes han encontrado en la capital de Antioquia un epicentro. Pero con la llegada de estos eventos y el flujo de miles de personas que asisten a los mismos, los criminales han encontrado maneras para aprovecharse de este fenómeno.
Los métodos de hurto común, como el cosquilleo y los atracos, se han hecho presentes en estos eventos, sin embargo, por la cantidad de personas que atienden a los mismos, resulta complejo para los delincuentes llevar a cabo estas actividades.
Ataques en las filas de los conciertos
En ese orden de ideas, han desarrollado un método agresivo para realizar hurtos mientras que se afecta a numerosos grupos de personas.
EL TIEMPO conoció el testimonio de una mujer que fue víctima del ‘gas lacrimógeno’ en la previa del primer concierto de Shakira en Medellín, en la noche del 12 de abril.
Imágenes de la primera noche de Shakira en Medellín. Foto:Jaiver Nieto Álvarez
Esta modalidad, de la cual este medio conoció varios reportes correspondientes a los últimos conciertos de gran envergadura en la ciudad, ha dejado como víctimas a decenas de personas que han perdido sus pertenencias a raíz de hurtos de los cuales no se pueden defender.
En el relato que la mujer le dio a EL TIEMPO, explicó que todo ocurrió pocos minutos después de llegar al Atanasio Girardot para situarse en la fila de ingreso que le correspondía.
“Nosotras llegamos a las siete de la noche al estadio por la calle 50, ―conocida popularmente como la Avenida Colombia―. Nuestra puerta de entrada era la número cinco. Cuando estábamos pasando la puerta cuatro empezamos a sentir algo parecido a un gas lacrimógeno. Nosotras veíamos que la gente corría en dirección contraria a la nuestra pero no entendíamos por qué“, relató la mujer.
La mujer, quien se encontraba con su madre en atendencia al concierto de la barranquillera, continuó: “Yo empecé a sentir dolía y se me cerraba la garganta. También vi que mi mamá estaba completamente ahogada así que cruzamos la calle. Mi objetivo era sacar a mi mamá de ahí”.
Por su parte, la madre de la mujer relató: “Vimos a un señor que lo estaban agarrando otros dos hombres y parecía que se estaba desmayando, creí que era un borracho pero tampoco fue eso. Segundos después sentí que no podía respirar, que me faltaba el aire”.
Según la mujer, la gente continuaba corriendo en completo caos en esa zona, lo que convirtió el área en una escena muy confusa en la que las personas trataban de taparse la nariz y la boca con desespero. Sin embargo, las dos mujeres no entendían qué sucedía, en tanto no veían ningún tipo de manifestación o situación de orden público.
Esquina de la calle 50 con la carrera 74, en zona del estadio Atanasio Girardot. Foto:EL TIEMPO.
“Nosotras cruzamos y caminamos hasta una esquina. Ahí habían cuatro motos de policía y pensamos que había habido un problema de manifestaciones y habían lanzado gas. Sin embargo, no fue así”, explicó la mujer.
Según las mujeres, durante los hechos escucharon que varias personas gritaban que la Policía había lanzado gases lacrimógenos.
EL TIEMPO se comunicó con la Policía Metropolitana para verificar esta versión y constatar si se había tratado de gases lanzados por la Fuerza Pública para contener alguna situación de orden público, sin embargo, señalaron que no habían registrado ningún reporte de alguna situación que concordara con lo narrado por las mujeres.
En ese respecto, las primeras teorías indicarían que se trató de un gas lanzado por civiles presentes en los alrededores del estadio.
Casos previos en Medellín
EL TIEMPO también conoció varios testimonios de hechos ocurridos en diciembre pasado, en el marco del concierto de Feid en el Atanasio Girardot, en los cuales, dos hombres que fueron víctimas, relataron una situación semejante a la sufrida por las mujeres, pero que en su caso concluyó con el hurto de varias de sus pertenencias.
Gas pimienta, imagen de referencia. Foto:IStock
“Nosotros íbamos caminando por los alrededores del estadio antes de hacer la fila para el concierto y a dos amigos les echaron gases lacrimógenos en la cara. Les quitaron el celular y una cadena. Un grupo de unas cuatro personas se nos fueron encima y como nos echaron gas estábamos desorientados, no podíamos ver ni respirar”, relató una de las víctimas de los gases.
Otro de los afectados agregó: “Eso nos pasó al frente de miles de personas, había vendedores ambulantes, personas filadas. Incluso, cuando pasó un vendedor dijo “ah sí, eso es pan de cada día”. Pasa delante de un montón de gente. No estoy 100 por ciento seguro si solo fue gas lacrimógeno, que fue en spray, sino que también creemos que nos echaron como un polvo cuando tratamos de forcejear estando ya desorientados para completar el robo. Ya con eso terminaron de tirarnos al suelo”.
En ese sentido EL TIEMPO consultó a la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá por esta modalidad de hurto que se viene presentando en la previa de los últimos conciertos de grandes magnitudes en Medellín.
Sorpresivamente, voceros de la Policía aseguraron que no tenían registro alguno de denuncias o actuaciones de miembros de la Fuerza por casos que se correspondieran con esta modalidad de hurto.
De acuerdo a varios testimonios reunidos por este medio, el modus operandi de los delincuentes se basa precisamente en rociar sustancias químicas en forma de gas, tales como el gas lacrimógeno, cuyo principal componente es el clorobenzilideno malononitrilo, o en casos más comunes, el popular gas pimienta, caracterizado por el efecto de la capsaicina, una sustancia derivada del chile picante.
Testimonio de una persona víctima de esta modalidad de hurto en diciembre de 2023. Foto:EL TIEMPO.
En concreto, los relatos indican que los delincuentes caminan por los alrededores del estadio en búsqueda de grupos de personas que identifican como vulnerables para sus ataques, y posteriormente, se les acercaran rociándoles las sustancias en el rostro de manera que no tengan posibilidad de reacción. En ese sentido, la volatilidad de estas sustancias y el rápido efecto causado en las vías respiratorias evita que terceros se acerquen para intervenir,
NICOLÁS TAMAYO ESCALANTE
Periodista de Nación, en Medellín.
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