Antioquia se formó gracias a campesinos berracos que a lomo de mula abrieron caminos de trocha entre las verdes y agrestes montañas para formar bellos y coloridos pueblos que se caracterizaban por la iglesia en el parque central y flores variadas en los balcones y jardines.
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Ese es el imaginario que se tiene de la cultura antioqueña, que en agosto de cada año rinde homenaje a sus tradiciones en la Feria de las Flores.
Sombreros aguadeños, ponchos, carrieles y la bota aguardientera son elementos que siguen perdurando en esta semana de fiesta en la que los paisas acuden a eventos tradicionales alusivos a su cultura.
Guasca, guaro y guachafita. Así era, para muchos, la Feria de las Flores hace más de 20 años, donde esta festividad se caracterizaba por los eventos fiesteros como las populares fondas, los tablados musicales, festivales de trova, la cabalgata equina y el infaltable Desfile de Silleteros.
Estos espacios se popularizaron, precisamente, por ser eventos bullosos, con mucha aglomeración y donde las copas de licor y el brindis parecían no tener fin.
“La ingesta de licor sigue siendo alta, la ciudad sigue teniendo eventos que están muy dirigidos a la promoción de marcas y de productos que tienen que ver con el licor, pero lo importante es que ya no es lo único, porque antes en la feria era lo que más marcaba, pero ahora no es ni lo que más marca, ni es lo único”, afirmó Germán Carvajal, quien ha hecho parte de la Feria de las Flores en distintos momentos en los últimos 20 años, siendo director artístico entre 2005 y 2010 y repitiendo el mismo cargo este 2024.
De aquellos eventos ya poco queda. El evento Arrieros, mulas y fondas, que por 23 años realizó el evento es uno de los que ya no existe. Este evento, que es uno de los más añorados por las personas, lo realizaba la Corpo70 y por mucho tiempo se realizó en la avenida 70, donde había la representación de más de 100 municipios de Antioquia a lo largo del corredor, mostrando sus costumbres y tradiciones.
Sin embargo, la algarabía, la alta congregación de personas y la falta de control comenzaron a hacer mella y generar molestias en los vecinos. El evento fue trasladado a la avenida del río Medellín y no le fue bien; luego lo llevaron para el municipio de Sabaneta y tampoco funcionó. En 2011 desapareció Corpo70 y con esto culminó este tradicional certamen.
A los pocos años se intentó retomar la idea, con Fondas de Tierra y Fondas de Mi Pueblo Antioqueño, que son iniciativas privadas las cuales cobran por el ingreso, lo que no ha sido del agrado de muchos ciudadanos.
El evento de Arrieros, mulas y fondas se volvió se volvió privado fue precisamente porque la dinámica era tan fuerte el gentío que iba que no había la infraestructura necesaria
Raúl Castellanos, director de Fondas de mi Tierra, que este año llegó a 15 ediciones, explicó que este cambio no ha sido fácil y que, en su opinión, en Medellín no hay un sitio donde se pueda hacer un evento similar con los 125 municipios y garantizando todas las condiciones.
“El evento de Arrieros, mulas y fondas se volvió se volvió privado fue precisamente porque la dinámica era tan fuerte el gentío que iba que no había la infraestructura necesaria en baños, en logística y en todo lo que implica ser un evento de esos. Un evento de estos así cuesta mucho dinero”, afirmó Castellanos.
Y aunque es un evento privado, Fondas de mi Tierra es el evento con la boleta más barata de todos los eventos de este tipo -$30.000- pero ahora con los nuevos impuestos que aplican se va dificultando la situación y, por ejemplo, para el año entrante (2025) tocará subirle el precio.
“¿Cómo convoca gente uno con una boleta a $50.000 porque sencillamente al municipio le dio por decir que hay que pagar 16% de impuesto, más el 10% de Sayco, más el 10% de MinCultura… entonces mire se cómo se va convirtiendo esto. Sí está haciendo falta que la Alcaldía apoye de alguna manera los que son eventos típicos como un Chivas y Flores, que es un evento tradicional que se hace con mucho esfuerzo y que la producción cuesta mucho dinero y por eso ha sido de pronto la intermitencia que ha podido tener”, expresó el empresario.
Referente a la cabalgata, que se vio por última vez en Medellín en 2014, expertos coinciden en que, más que una decisión propia de la Alcaldía, este evento salió de la programación de la Feria de las Flores debido a la normatividad que en términos de cuidado y protección de los animales ha venido adoptando el país y en general todas las sociedades del mundo.
“Es evidente que la cabalgata de la Feria de las Flores muchas veces lo que resaltó fue el maltrato a los animales, ya que eran recorridos muy largos por asfalto y zonas duras, donde los animales evidentemente sufrían. Claro, cada vez el gremio de los caballistas fue cogiendo más conciencia de esto y sé que todavía se celebran cabalgatas en la temporada de Feria de Flores, pero más hacia otros sectores, como Llanogrande, donde se celebra este año”, expresó Carvajal.
Este reconocido gestor cultural de Medellín reconoce que las dinámicas han cambiado y que la feria en los últimos años se ha adaptado a los nuevos públicos, a las nuevas tendencias, a los nuevos géneros y a las nuevas relaciones que tiene la cultura con la ciudadanía.
Recordó el hombre que hace 20 años existía el Reinado de las Flores, el cual también perdió vigencia debido a las nuevas dinámicas de género en donde a las mujeres se les ha venido reconociendo por sus capacidades más que por su belleza física.
“Los conciertos, por ejemplo, también han cambiado. Antes en la Feria de las Flores solamente tenían escenario las músicas festivas, todo lo que tenía que ver con la parranda, con la fiesta, con la celebración -que también sigue siendo importante- pero en algún momento se pensó que también a través de la cultura se podía hacer pedagogía y cultura ciudadana, por lo que se llevó a los barrios una programación mucho más incluyente, una programación que vinculaba a toda la familia y no solamente a los jóvenes o adultos con una clara dirección hacia el consumo de licor, no, esto se integró más a la familia haciendo que hijos padres y abuelos compartían en un mismo escenario y cuando la familia está junta la familia se cuida”, afirmó el director artístico de la Feria.
¿Entonces qué ha cambiado en todos estos años? Que la festividad hoy es una feria más enfocada a la familia.
A la programación llegan espacios como ‘Zona que Suena’, que es un parque infantil cuya temática es ser una especie de Feria de las Flores con todas las tradiciones, pero enfocadas al público infantil, con silleteritos, arte y artesanía para niños, juegos, actividades didácticas, entre otros.
En algún momento se pensó que también a través de la cultura se podía hacer pedagogía y cultura ciudadana, por lo que se llevó a los barrios una programación mucho más incluyente
También se vinculó un escenario que se llama Parque Cultural Nocturno, que volvió este año, y que se caracteriza por recoger otras expresiones culturales del país, como otras músicas del mundo es que antes no tenían cabida dentro de la Feria de las Flores.
Aclaró, sin embargo, que esto no ha hecho que se pierda la esencia de la fiesta paisa.
Carvajal argumentó que eventos tradicionales como el Festival de la Trova, que este año está celebrando 20 años como evento oficial de la feria, se ha posicionado como uno de los más concurridos de la Feria de las Flores, de entrada gratuita.
¿Privatización?
Para Carvajal, la Feria de las Flores no la hace solamente la Alcaldía y no es solamente lo público lo que se apropia en la programación, ya que hay empresas privadas que hacen grandes eventos y que hacen inversiones importantes para posicionar la festividad y hacer que cada vez vengan más visitantes.
“La Alcaldía lo que tiene que hacer es permitir que cada vez haya mucha más programación y que la gente también pueda tener actividad comercial alrededor de esta fiesta cultural antioqueña”, opinó el director artístico.
Referente a esta polémica, el Desfile de Silleteros es el evento que ha estado siempre en la lupa, ya que situaciones como la instalación de vallas o la adecuación de palcos ha generado esa sensación de ‘privatización’.
Al respecto -y referente a lo que será este año- el alcalde Federico Gutiérrez aclaró que la instalación de graderías fue por un pedido explícitos de los silleteros, quienes pedían un espacio cómodo para sus familias.
Además, agregó el alcalde, los recursos que ingresen por el tema de palcos aportarán al incremento en el pago a los silleteros y en el apoyo que ellos reciben en las acciones para posicionar la ciudad a nivel mundial.
Mauricio Londoño, presidente de la Corporación de Silleteros de Santa Elena, manifestó que las graderías son elementos importantes para garantizar la seguridad y la comodidad en el desfile.
“El 70% van para la ciudad y otro 20% va para las familias de los silleteros, es un espacio muy especial que les vamos a abrir a ellos, porque ellos son los que más se merecen”, afirmó Londoño.
El vocero de los silleteros destacó no solo el incremento en el número de cupos y en el pago, sino también la evolución que ha tenido la promoción turística de este arte en la ciudad gracias a las fincas silleteras, que durante todo el año ofrecen experiencias a los visitantes para que conozcan a fondo como se realizan estas hermosas creaciones florales.
Contó que antes las fincas silleteras solo estaban abiertas al público un día antes del desfile en lo que se conoce como la ‘noche silletera’, pero que al ver la cantidad de personas y el incremento en el flujo de turistas, ahora están abiertas todo el año.
“Hace unos 10 años comenzó a verse este fenómeno. Ahora tenemos unas 13 fincas silleteras que ofrecen una experiencia muy bonita al visitante y hay unas 20 en desarrollo para mantener vivo este legado. Es que los silleteros son una tradición cultural y somos patrimonio inmaterial de la Nación, esas tradiciones no se tocan y siempre van a perdurar”, puntualizó Londoño.
ALEJANDRO MERCADO
Periodista de Nación
Medellín